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Dormir mal, no aguantar el ritmo diario, irritabilidad, llegar sin fuerzas al final del día o tener dificultad para concentrarse son algunos de los síntomas del síndrome postvacacional. La vuelta a la rutina hace que el cansancio aumente y realizar las tareas del día a día cueste más de lo habitual. Al volver a la rutina del día a día, es habitual sentirse así, en cifras, 3 de cada 10 españoles lo sufren a la vuelta de las vacaciones, según Adecco. Sin embargo, estos síntomas, que suelen remitir a los 10 ó 15 días, no sólo afectan a trabajadores sino a todas aquellas personas que vuelven a sus obligaciones laborales, familiares o de estudio, tras un período vacacional, sobre todo en los desempleados.
Actualmente, el síndrome postvacacional no se reconoce como enfermedad ni tampoco se manifiesta en todas las personas. Aquellas con poca tolerancia a la frustración y más vulnerables son las más susceptibles a sufrirla. También aquellas que se encuentran en situación de desempleo se ven afectadas, la vuelta a la rutina en la que sus amigos y familiares deben retornar a sus puestos laborales puede provocar ansiedad y estrés. IMF Business School ha creado una lista con 10 claves para evitar el síndrome postvacacional en trabajadores y desempleados:
- Buscar nuevos retos. Como si de un año nuevo se tratase, emprender nuevas ideas ayuda a reinventarse y reduce la ansiedad de volver a la rutina. Estudiar o especializarse en algún sector son factores claves para aumentar la motivación tras las vacaciones. Retomar la búsqueda de empleo a la vez que se aprenden nuevos conocimientos reduce el estrés e irritabilidad.
- Practicar deporte. Ayuda a liberar endorfinas, responsables de hacernos sentir felices y relajados. Además, con la práctica deportiva el cuerpo se libera del estrés acumulado. Al igual que el deporte, llevar una buena alimentación influye en nuestro estado de ánimo.
- Positividad. Interpretar la vuelta a la rutina con una mentalidad positiva y no como una carga. De esta forma, será más motivador si se piensa en que se van a retomar las relaciones con los compañeros o en reinventarse, buscar nuevos retos o ser capaces de hacer realidad esos sueños pendientes.
- Fijarse objetivos a corto plazo. A la vuelta, lo mejor es realizar una lista con las tareas o sueños por cumplir. Todo ello a corto o medio plazo. Comenzar con talleres o cursos de corta duración, favorece la sensación de bienestar con uno mismo y a la vez permite seguir con los quehaceres diario sin invertir una gran cantidad de tiempo.
- Volver a la rutina de forma gradual. Incorporarse a las tareas diarias al día siguiente de volver de las vacaciones es un error común. Se recomienda, a quien pueda hacerlo, tomarse unos días antes para ir cogiendo idea en los que se dediquen unas horas a desempeñar las obligaciones diarias para acostumbrarse poco a poco a la rutina diaria y coger el ritmo.
- Dormir 8 horas diarias. Aunque es algo que ya se supone que todo el mundo conoce. En estos momentos, se convierte en una medida importante. En las vacaciones se trasnocha más y se madruga menos. Por eso, evitar dormir la siesta y poner el despertador unos minutos antes, los primeros días, ayudará a regular los ritmos de sueño y reducirá las prisas y el estrés.
- Levantarse más temprano unos días antes de reincorporarse. Al igual que la medida anterior, madrugar ayuda a hacer más fácil la vuelta al día a día, ya que el cuerpo así se adapta de nuevo a los horarios habituales.
- Retomar el contacto. Durante las vacaciones se pierde el contacto diario con amigos, familiares y compañeros de trabajo. Aprovechar para quedar con los que no se ha visto, ponerse al día y compartir las experiencias vividas es una buena forma de readaptarse a la rutina.
- Reducir el consumo de cafeína. El té, el café y demás bebidas con cafeína agudizan los síntomas de estrés y nerviosismo. Además, favorecen el insomnio, que aumenta la sensación de cansancio y agotamiento.
- Tener paciencia. El síndrome postvacacional es pasajero. Los síntomas desaparecen en el momento en que se readapta a la rutina. Es cuestión de actitud y de tiempo. Si se alarga demasiado, lo recomendable es consultar a un especialista.
Fuente: IMF Business School
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