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Seguro que te suena. Conoces a alguien que asiste a técnicas de coaching o un amigo tiene una página web en la que promociona sus servicios como coach.
Pero, ¿sabes realmente qué significa ser coach y todo lo que hay alrededor de esta técnica?
El Coaching es una disciplina, un método de trabajo que nos permite desarrollarnos personal y profesionalmente.
Se podría definir como un asesoramiento que te enseña a afrontar determinadas situaciones de una forma distinta a la que habitualmente venías haciendo.
Un coach no es gurú religioso ni espiritual. No te va a llevar a alcanzar tu mantra ni a ayudarte a definirte como persona. Un coach simplemente te va a ayudar en tu camino dándote unas pautas y rutinas.
OJO, un coach no es un psicólogo ni es una terapia. Con el coaching se pretende que alcances tus metas y consigas logros tomando una vía alternativa a la que siempre utilizaste y encarando la situación con una nueva actitud. Se podría decir que lo que te ofrecen en los grupos de coaching son consejos. Una frase que leí en Internet y que define muy bien la diferencia del coaching respecto a una consulta psicológica es la siguiente: “En el coaching hay clientes, en la terapia hay pacientes”.
¿Para qué puedo utilizar el coaching? ¿Necesito estar `perdido´ para hablar con un coach? ¿Tengo que cumplir algún requisito?
Sí y no. Es decir, claro que puedes asistir a sesiones de coaching personal y practicarlo tanto de forma individual o grupal. Es cierto que está enfocado a un tipo de perfil: personas que no encuentran su sitio y deciden emprender un nuevo camino para conseguirlo.
Pero, si simplemente quieres mejorar algún aspecto de tu vida, necesitas un cambio pero no sabes exactamente en qué, quieres empujar tu motivación o explorar nuevos aspectos de tu creatividad, también tendrán un hueco para ti.
De hecho, el coaching puede practicarse en diferentes ámbitos ya que, como hemos dicho, es muy útil para generar cambios en la actitud, tanto en el terreno personal como en el profesional. La finalidad óptima es la de crear `puentes´ entre la situación actual del cliente y la situación en la que quiere llegar a estar.
Por eso son cada vez más las empresas que se apuntan al carro y deciden practicar coaching en su entorno laboral para obtener mejores resultados en el desempeño.
Sirve como una herramienta para la gestión ya que, ayuda a los empleados a encarar problemas dentro de su entorno laboral y a afrontar el trabajo como una meta a superar, no como una obligación que los oprime.
Una vez que hemos (intentado) definido el término, entramos en las consideraciones prácticas.
¿Qué beneficios puede aportarme? Enumeramos algunos:
1. Identificar prioridades:
Entre todo lo que nos rodea, establecer lo que es prioritario y lo que puede quedar relegado para un momento posterior.
2. Aprender a conectar con uno mismo:
Conocerse es el primer paso para saber a dónde quieres llegar; tus límites y fortalezas. Una actividad que ayuda mucho es la realización de un análisis DAFO sobre uno mismo.
DEBILIDADES
¿En qué aspecto puedo mejorar? ¿Cuáles son mis desventajas respecto a otras personas en mi misma situación? |
AMENAZAS
¿Qué es lo que hacen los demás que y yo no hago?
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FORTALEZAS
¿Qué aspecto me hace diferente a los demás? ¿Qué se me da bien? ¿En qué soy bueno? ¿Cuáles son mis puntos fuertes? |
OPORTUNIDADES
¿Puedo mejorar en algún aspecto? ¿Tengo posibilidad de ampliar mis conocimientos?
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3. Derribar al `saboteador interno´:
Este es uno de los conceptos que más se nombra en las sesiones de coaching. Esa voz interior que te dice que no puedes lograrlo, que hay alguien mejor que tú y que nunca lograrás tus objetivos. El coach te ayuda a callarla y a aumentar la confianza en uno mismo.
4. Reorganizar el día a día:
Aprender a gestionar nuestro tiempo para que sea lo más productivo posible en todos los aspectos: el trabajo, el ocio y el descanso.
Fuente: Blog Grupo Femxa
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